Seguimos sin tener Asaltablogs normalizado y hemos vuelto a organizar un asalto invisible para que los más mangantes pudiéramos quitarnos el gusanillo de entrar en cocina ajena. A mi me tocó asaltar el blog de Patricia. Me coctó mucho decidirme por una receta, pero al final me decanté por estos buñuelos. Venía mi nuera a comer y como es celíaca pensé que esta receta sería ideal para poner de aperitivo.
Hice algunos cambios, sobretodo en el procedimiento, porqué Patri los hace en la panificadora y yo los preparé con el mortero. Y no puse almendra porqué también es alérgica a los frutos secos.
Esta es mi propuesta. Espero que os guste!
Esta es mi propuesta. Espero que os guste!
Ingredientes:
300 gr de bacalao al punto de sal
200 gr de harina de maíz
2 huevos
5 gr de polvo de hornear
1 diente de ajo
2 cucharaditas de perejil fresco picado
125 gramos de leche
Una pizca de sal
Abundante aceite de oliva suave
Cómo se hace?
Cortar el bacalao en trozos pequeños. Luego le daremos una semi cocción para ello cubrir todo el bacalao con agua caliente (usar el agua necesaria para cubrirlo por completo). Dejar que infusione de 10 a 15 minutos con una tapa puesta en el recipiente.
Escurrir el bacalao.
Poner el diente de ajo y el perejil en el mortero y machacar con la mano de madera hasta que esté bien triturado. Añadir el bacalao de a poquitos y seguir majando hasta que quede una pasta uniforme y fibrosa. Reservar.
En un cuenco picar los dos huevos y batir bien con unas varillas. Añadir la leche y mezclar.
Añadir el bacalao y mezclar bien.
Poner la harina con la levadura e ir añadiendo a poquitos a la mezcla de bacalao. Batir bien con las varillas, o con un tenedor si os parece más fácil.
Cubrir con un trozo de film tocando la masa y dejar la mezcla en la nevera un mínimo de 30 minutos.
Pasado este tiempo, ponemos abundante aceite a calentar y con ayuda de dos cucharas vamos poniendo porciones de masa a freír.
Lo mejor es poner el aceite en un cazo pequeño y alto e ir friendo los buñuelos poco a poco. Verás que al echarlos se van al fondo, pero en seguida suben y a medida que se van cocinando ellos solos se van dando la vuelta.
La temperatura del aceite deberá estar entre 170 y 180 grados. Se tienen que cocinar bien por dentro sin quemarse por fuera. SI se tuestan muy rápido deberás bajar el fuego.
Cuando estén bien doraditos escurrir en un colador de malla fina.
Se pueden comer calientes o fríos. Son un aperitivo ideal, pero acompañando una buena ensalada pueden ser un segundo plato estupendo.