domingo, 30 de septiembre de 2018

MANITAS DE CERDO CON BERZA Y CALDO DE ALUBIAS PINTAS - ASALTABLOGS

Siempre le había gustado aprender y tenía la impresión que la vida no le alcanzaría para poder hacer todo aquello que le gustaba. Tenía las manos curtidas, eso no son manos de señorita le decía su abuela, pero a pesar de esto a ella le encantaban. A veces le dolían, trenzar cuerdas, mezclar yeso o pulir maderas  no eran actividades demasiado respetuosas con su delicada piel, pero la alegría que sentía cada vez que terminaba una pieza o que le salía una nueva técnica compensaban todo el dolor o entumecimiento que pudiera sentir.

Aprendió a coser, restauró muebles, pintó, hizo joyas en plata, reparó sillas de enea, lámparas de papel, cerámica, papel maché. Todo le gustaba y todo lo quería probar.

Pero hace un tiempo y casi por casualidad lo que más le gusta del mundo es navegar.

Con unos amigos compraron un viejo barco de madera y después de horas y horas de reparar velas, pulir maderas y pintar, el barco puede surcar las olas. 

Y es duro, no te creas, izar las velas requiere habilidad y fuerza. El esparto de las sogas, mojado y frío, cuartea su piel y el viento y el sol le resecan la cara y hace tiempo que se nota más arrugas. Pero son las arrugas de la felicidad infinita que siente cuando, en los momentos de calma, cuando el rumbo está fijado y las velas se hinchan con el viento, se puede sentar en la proa, sacar el ganchillo, la madeja y tejer gorros de lana azul para todos y de esta forma aúna dos de sus pasiones.


*    *    *

Hoy, cuando se publique esta entrada estaré navegando. Esta es una entrada especial porqué vamos a robar en la cocina de Ana, una persona maravillosa a la que me unen aficiones y visiones del mundo. El suyo es uno de estos blogs que enganchan. Cuidado, hecho con amor, bien escrito, con fotos bonitas. Vaya, que lo tiene todo para ser un sitio en el que pasar un rato de lo más agradable.

De las recetas de Ana me gustan todas pero sobretodo me gustan sus historias. De ella me copié esto que hago a veces de empezar mis recetas con un pequeño relato. Siempre me gustó escribir y me pareció buena idea eso de mezclar las aficiones.

Hacía muchísimo tiempo que tenía ganas de hacer manitas de cerdo, o pies de ministro o de obispo. Es un comida que me encanta y que no había hecho nunca. En casa no gustan a nadie. No por el sabor pero la textura gelatinosa no les agrada. A mi no me molesta. Eso sí, me gustan deshuesados. Eso de estar rechupeteando huesos no me va nada. Y qué os voy a decir de cómo resultó el plato! Si os gustan los pies de cerdo, no dejéis de hacerlos. 

Esta es mi propuesta. Espero que os guste!


Ingredientes:
2 manitas de cerdo partidas por la mitad
250 gr. de alubias pintas
1 cebolla mediana
2 zanahorias
Medio puerro
1 ramita de apio
1 nabo
1 trozo de chirivia
2 guindillas
4 dientes de ajo
1 col redonda
Aceite
Sal




Para la muselina
1 clara de huevo a punto de nieve
1 yema de huevo
100 ml. de aceite
1 diente de ajo
Sal



Te ayudará:
Un mortero
Guantes de vinilo para deshuesar las manitas




Cómo se hace?

La noche antes poner las alubias con agua en proporción 1:3 para que se hidraten bien.

Por la mañana escurrir el agua y reservar las alubias.

Lavar las manitas de cerdo en agua fría. Ponerlas en una cazuela cubiertas con agua y poner a calentar. Con una espumadera sacar la espuma que se va formando. Cuando empiece a hervir, dejar un minuto y apagar el fuego. Retirar a un escurridor y desechar este agua.

Limpiar las zanahorias, nabo, chirivia, el puerro, la mitad de la cebolla y el apio.

En el fondo de una olla rápida poner las alubias, las verduras y encima las manitas.

Cubrir generosamente con agua, salar ligeramente y cerrar la tapa. Poner al fuego. Desde que se dispara la válvula de vapor estará 25 minutos. También se puede hacer en olla tradicional cocinando una hora y media.


Retirar 400 ml. del caldo, colar con una malla bien fina y poner en un cazo para que reduzca una tercera parte. De esta forma se concentran los sabores y quedará una salsa muy potente. Rectificar de sal cuando haya reducido.

Deshuesar las manitas y cortar la carne con unas tijeras. No tiene que quedar puré ni trozos muy grandes.

Poner una olla con agua abundante a hervir. Poner la col entera y escaldar 4 minutos. Escurrir y dejar enfriar un par de minutos. Con una puntilla separar ocho hojas procurando que no se rompan. Quitar el nervio central de estas hojas y reservar.

Poner en frío los dientes de ajo laminados en una sartén con unas gotas de aceite. Encender el fuego moderado y cuando estén doraditas retirar a un papel absorbente. Separar las mejores 16 láminas y reservar el resto.

En esta misma sartén pochar la otra mitad de cebolla cortada muy pequeñita. Cuando esté hecha añadir dos cucharadas del caldo de la olla grande.


 Cortar el resto de col en juliana bien fina. Cuando la cebolla haya absorbido todo el caldo, añadir las láminas de ajo que hemos reservado y la col y saltear hasta que esté cocida pero que quede al dente. Será más buena si está un poco crujiente.

Añadir las manitas que hemos troceado y remover bien. Rectificar de sal si es necesario y retirar del fuego.

Rellenar las hojas con el relleno y formar los hatillos.



La muselina
En el mortero machacar el diente de ajo con un pellizco de sal. Añadir la yema y mezclar bien. Cuando haya blanqueado y esté espumoso añadir el aceite a hilo sin dejar de mezclar con el mortero para que se vaya ligando. 

Cuando tenga consistencia de mayonesa en un cuenco aparte batir la clara a punto de nieve y añadir con cuidado a la salsa anterior.

Montaje del plato:

Colocar los ocho hatillos en una bandeja de horno. Poner un hilo de muselina de ajo por encima de cada uno de ellos y gratinar 5 minutos.

En la base del plato poner un poco del caldo concentrado y unas pocas alubias y encima un par de hatillos. Decorar con unas láminas de ajo y servir.




Con esta receta participo en el 
Reto Asaltablogs de Septiembre